Inconsciencia Artificial sacó en diciembre del año pasado un disco autoproducido que titularon «¡Qué nervios de repente!». Nueve temas que aúnan humor y energía en clave pop. Hemos estado charlando con Pepotaje, alma máter de la formación y se encuentra detrás de los mandos de Inconsciencia Artificial trabajando, creando y dándole sentido a una forma muy particular de entender la música pop. «¡Qué nervios de repente!» es su nuevo trabajo que ha sacado adelante de manera autoproducida.
Inconsciencia Artificial es una banda de la que de difícil manera podemos encontrar paralelismos con cualquier otra banda del panorama emergente actual. No es que sea una premisa fundamental para disfrutar de sus canciones, pero esta aclaración sí vale para ponerte en contexto.
Tal vez el mordaz humor de Ojete Calor, Las Bistecs, Ladilla Rusa o las incisivas letras de Ellos sean referencias antagónicas en las que el humor es fundamental para restar (o sumar) importancia a lo que se está contando. En unos nos hacen sonreír (Ojete Calor) y en otros nos hace caer en cierta malicia (con Ellos). Os pongo esta referencia porque al final el humor en la música es tan necesario como en el resto de aspectos de nuestra vida y la gran mayoría de veces tendemos a minusvalorar a los artistas que tiran por la rama cómica para contarnos la cotidianidad diaria. Como si perdiera vigencia sólo por hacernos reír. Pero nada más lejos de la realidad. INCONSCIENCIA ARTIFICIAL ha llegado para quedarse.
Sin duda alguna no debemos renegar de las trivialidades porque la vida, es, en su mayor parte, una sucesión aleatoria de las mismas, y su acumulación lo que llamamos sabiduría. (Inconsciencia Artificial)
Inconsciencia Artificial aparecen con una buena expedición de hits bien facturados con un toque pop electrónico DIY único e intransferible y aunando el espíritu de una performance bien hecha con un sentido del humor costumbrista lleno de chispa y agudeza. Con letras, que aún siendo la parte que más trabajo le da a Pepo, visten a medida cada uno de los temas.
Hablando de performance, están buscando bailarina para sus performances en vivo si crees que puedes estar interesada y pasar un buen rato escríbeles aquí
Inconsciencia Artificial arremete con naturalidad contra esa cosa a veces tan de barrio pero tan nuestra: la cultura del cotilleo (en La Maruja Moderna) , el amor de una manera extraña con una agente de policía en un botellón (Sin afeitarme de botellón) y hasta hay hueco para vacilaciones de «Tiempos Modernos» («En un mundo tan moderno»). Traen un conjunto de píldoras para la depresión donde lo más divertido es no saber lo que te vas a encontrar en la siguiente. Entre voces femeninas firmadas por Araceli, homenajes al bar («Me he desviado de mi plan»), dudas del género masculino ante el imparable auge de la depilación corporal (“Zona Perianal”) demuestran una astucia que a veces queda escondida cuando, como decía arriba, se habla de la música producida en clave de humor.
Encontramos aquí algo más que ánimo de provocar una carcajada o subvertir, este «algo» hace de este LP un soplo de aire fresco destinado a chocar de bruces con la seriedad y el gris que nos impera.
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