Después de dos años y un concierto paralizado por la pandemia, la banda madrileña Pan finaliza, por fin, su despedida pendiente de la gira de su debut Instrucciones para el vuelo (2018, Lengua Armada) con una actuación de dos pases el viernes 16 de abril en Madrid.

Con asientos asignados, medidas de seguridad pertinentes y unas pequeñas y bonitas entradas que encontramos en nuestra mesa (gesto de agradecimiento a la sala y al público), asistimos al último concierto de Pan, en el que su sonido grunge, dinamismo y potencia vuelven con más electricidad que nunca.

Despegaron siguiendo el orden del disco, con la canción Estamos en guerra y nadie lo sabe, la voz de Teresa Martínez se solapaba con las guitarras y el bajo a manos de Marcos Holgado y Carlos Bueno, que sustituía al componente Pablo Pantera. Junto a la batería retumbante de Tweety, un enérgico comienzo seguido de La nada y Mundo Perfecto, canciones que comparten musicalidad, continuaron con Pareja caucásica sonriendo, un tema que narra una historia de amor efímera con sarcasmo y vanidad. «No se atrevieron a mirar en la profundidad /¿A quién le importa lo que iba a decir, mientras no muestres tu debilidad?» y así llegar al interludio.

Un texto recitado a cargo de Nerea Cierco, sobre amores que matan y ensoñaciones de verano da lugar a la acústica y elegante Norte y sal, donde la vocalista recoge la letra y da una vuelta a su anterior canción con frases como «sólo los valientes dicen lo que sienten».

Canciones más punk y estridentes nos invitan a saltar, a movernos de nuestro sitio mientras alzan las guitarras, nos hablan de las inferioridades y apariencias bajo el título Falso emperador, composición influenciada por el conocidísimo cuento de Hans Christian Andersen. Sonaron ritmos noventeros y guitarras distorsionadas en títulos como Eclipse sónico al mismo tiempo que el sonido rock grunge tan característico y alternativo del cuarteto se presenciaba en el ambiente. Para ir aterrizando lento, interpretaron Camino a Sirio que nos dejó flotando con la ternura de la voz de Teresa acompañada de un piano y la aportación de grabaciones de risas infantiles, sin dejar atrás su tema más fresco Arde lento, estrenado hace tan solo un mes.

De esta manera, se despide Pan sin perder el equilibrio del viento entre fuertes guitarras y un intenso solo de batería, para coger el siguiente avión donde nos llevarán en su próximo trabajo.

 

 

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