Os Castigaré (2021, Snap! Clap! Club) es el primer disco de Marta España o mejor conocida como Marta Movidas, un alter ego que lucha por el amor y la justicia contra las fuerzas del mal y los chicos irrespetuosos tal y como lo haría Usaghi Tuskino en Sailor Moon.

Partiendo de una extensa formación en solfeo y teoría musical, pasado un año de su single ¿Por qué dices que somos amigos si ni siquiera lo somos?, Marta, componente de La Claridad, en solitario, presenta ahora un debut colorido, que rebosa pop, con una instrumentación ostentosa llena de pianos y bajos potentes, sonoridades punk aniñadas que nos invitan tanto a bailar como a hacernos un maratón de anime.

Explota y explora el sonido y crea un álbum sorprendente y ecléctico que dista de los suaves ritmos naive indie pop de su banda, gracias a ocho canciones en las que mezcla todas sus influencias: Inserta veladamente, trazos de música clásica como podemos notar en el sample de la Danza Húngara de Brahms en el tema con el que abre el disco, cercano al lofi y tonti-pop y rimas dignas de Mecano, al igual que se inspira en la música pop japonesa, en aquellas que suenan como un opening como Nani mo iranai!! 何もいらない (no necesito nada), No entiendo los vínculos sexo afectivos de la postmodernidad o el título de El alquimista de acero (fraternidad) procedente de Full Metal Alchemy, melodía frenética con pianos y sintes noventeros.

Hablamos con esta madrileña promesa del pop, doctoranda en Musicología, arpista, miembro de la banda La Claridad junto a Irene Valdivia como bajista, sobre la magia de su sonido, a quién quiere castigar con sus letras y cómo ha sido composición de su debut.


Primero, ¿cómo estás? ¿Cómo has llevado la pandemia?

Pues estoy respondiendo esta entrevista mientras veo el escrutinio, así que estoy un poco cabreada. La pandemia no la he pasado mal porque por suerte todos mis seres queridos están bien, aunque un poco harta (como todo el mundo). Pero me aguanto, porque hay que aguantarse, porque hay personas que si que lo están pasando mal y por eso creo que hay cosas más importantes que tomarse una cañita.

Cuéntanos tu primer encuentro con la música y la puesta en práctica de lo aprendido.

No sé decirte mi primer encuentro, la verdad. Creo que todos cantamos cuando somos pequeños, tocamos, damos palmas, bailamos. Me acuerdo de una vez que tenía 8-9 años y compuse con mi hermana una canción hacía una tortuga que teníamos, que murió. Era una especie de réquiem. Tocar la flauta con la nariz también era divertido. Creo que siempre he creado, como todos, pero entre risas o en secreto, hasta ahora.

¿Cómo ha sido publicar un primer disco en época covid?

No sé ponértelo en el baremo covid, porque como no he publicado un disco fuera de la época covid, tampoco sé qué es. Sí que es verdad que, de algún modo, ahora la gente se comunica más y encuentra más feedback a través de RRSS, la gente está más activa por ahí, porque es la forma más segura de interactuar. Lo que pasa es que yo soy vergonzosa y tampoco miro mucho las redes, aunque agradecida por las palabras bonitas.

Después de haber sacado EP con la Claridad, ¿cómo ha sido proyectarte en solitario?

Es curioso, porque los procesos de creación de ambos proyectos han ido prácticamente a la par, aunque finalmente yo sacara el disco con medio año de diferencia del lanzamiento del EP. Creo que, de algún modo, estar con La Claridad me hace sentir más segura de lo que hago, porque independientemente de los vínculos sonoros que nos unan, son unas buenas personas que me apoyan y me animan a hacer esto.

Muchos de tus temas, surgen de los vínculos afectivos románticos o amistosos, del rencor o el desamor, dices que hablas aquello que no dices, de esta manera, castigas a la gente mala ¿cómo te sientes con estas letras? ¿Has condenado a quién se lo merecía? ¿Los títulos en paréntesis son aclaraciones más detalladas de estas problemáticas?

Hace poco me dijeron que el rollito justiciera se me iba un poco de las manos, ¿sabes? ¡Y la verdad es que yo pienso que me estoy quedando corta! He de decir que a nivel social no soy una persona punitivista, ni mucho menos. Pero dentro de las ficciones, performar la violencia desde la feminidad me parece muy terapéutico y placentero. Los paréntesis al final dan otro tipo de información, no necesariamente objetiva, libre de cualquier interpretación.

marta movidas

¿Qué canción te representa más?

Creo que todavía no he compuesto una canción que me represente al cien por cien. Eso está bien porque implica que sigo teniendo deberes. Al final, yo soy una persona que piensa que el amor siempre gana al odio.

Con la letra, explícita, muy simple, a veces cándida, a veces irónica, no tratas de dar lecciones de moral, pero si es un desahogo emocional donde el enfado, totalmente legítimo, está muy presente, dices que “la música nunca importa tanto como plantearse uno mismo lo que está bien y mal y considerarse una buena persona” al igual que en No entiendo los vínculos sexo afectivos de la posmodernidad dúo con Manuel Leuman, te lamentas y te enrabias sobre la cultura hookup o los cánones sociales de belleza ¿a través de ella, planteas las relaciones y las ideas entorno a la responsabilidad afectiva y la empatía, para, así, poder rectificar?

No sé si es cuestión de rectificar o no. Creo que cada persona tiene una concepción diferente de la responsabilidad afectiva, y tu bienestar social parte de rodearte de personas que la conciben más o menos del mismo modo. Aun así, sí que es verdad que las chicas (por regla general) tenemos más empatía que ellos, porque al final hemos mamado una serie de comportamientos relacionados con los cuidados desde que somos pequeñas. Creo que también está muy bien que cada vez toleremos menos esa no-reciprocidad. Lo cierto es que ese tipo de cuidados no tienen que ver necesariamente con el amor, el enamoramiento o el afecto.

Haces hechizos a la persona que te gusta “voy a hacerte brujería, para que quieras ser mi novio algún día/ y juntar tu boca con la mía” en uno de las canciones más románticos del disco ¿ha sido fácil equilibrar la rabia con la dulzura?

No mucho. Me cuesta más gestionar esas emociones en mi día a día…

A todo esto, ¿qué relación tienes con la astrología?¿crees que toda esta apología del horóscopo se construye en la estética femenina virtual?¿es algo con lo que te identificas o tienes en cuenta a la hora de crear canciones?

Creo que soy practicante sin ser del todo creyente, y también creo que hay muchas personas como yo en mi generación. Es curioso, ¿no? Yo pienso que, pese a ser una generación eminentemente atea, las comunidades que se están formando se aglutinan en torno a otro tipo de creencias. No creemos en Dios, pero nos flipa el esoterismo. Ahí yo veo dos opciones. Por un lado, que el ser humano tiene la necesidad de creer en algo, justificarse en torno a una moral concreta, tranquilizarse o hallar la esperanza en alguna práctica. Por otro, que somos seres sociales y muchas veces nos agrupamos en torno a eso: ya dije… en la astrología hay más practicantes que creyentes, y eso es en parte por el placer de sentirse socialmente conectado. Creo que, obviamente, las redes sociales ayudan, porque encuentras más personas con las que compartir tus intereses. A mí es un tema que me interesa mucho, sobre todo porque es generacional, y me encanta estar al día de todo lo que ocurre con la gente de mi edad. Y también me parece bonito pertenecer a eso, porque es una comunidad fundamentalmente femenina y si hemos sido capaces de generar un espacio propio en el que nos sintamos cómodas voy a estar a favor. Pensar que las prácticas rituales y culturales tienen que estar basadas en parámetros racionales me parece una gilipollez.

Dices que ves la música de forma matemática y fragmentada, cuéntanos cómo ha sido la composición.

Con esta pregunta me he trabado. ¿A alguien más le pasa? La verdad es que no sé encontrar una forma precisa de definir el proceso. Qué chungo. Creo que canto una melodía en mi cabeza, la escribo. Le pongo los acordes debajo. Le pongo un bajo, un contrapunto. Me imagino las dinámicas. Escribo una letra. ¿Algo así? Molaría que alguien alguna vez grabara un documental estableciendo una comparativa sobre como componen diferentes personas. Creo que sería curioso.

¿Cuáles son tus influencias?

No sé, creo que tengo influencias distintas depende del día. Cuando compuse el disco solo escuchaba Bach y Yorushika.

¿Cómo ha sido la recepción del disco?

Creo que mucha gente ha dicho cosas bonitas y eso me pone muy contenta. No sé, bastante arropada sobre todo por mis seres queridos. Muchas emociones juntas, la mayoría buenas. Nervios. Es como volver a hacer la selectividad.

¿Cómo fue verte acogida y fichada por Snap! Clap! Club?

Son un sello majísimo con unos ideales que comparto, con mucho amor por la música y con un trato muy cariñoso hacia todo lo que cogen. Es fácil estar contenta, y además generan unas interacciones muy bonitas entre la gente del sello. Ellos dicen que es como una gran familia y yo creo que es un poco así.

Hemos visto a varias bandas y cantantes, muy recientes y jóvenes, mayoritariamente femeninas, lanzando música durante éstos últimos meses, como puede ser tu compañera de banda Irene u otras como Adiós Amores, Samurai, Navxja, Shego… ¿cómo ves el panorama actual? ¿Crees que todavía queda mucho camino por hacer a las mujeres en la música?

Yo creo que las mujeres han recorrido el camino mil veces, pero es inmensamente más largo. Mira, te voy a decir una cosa, creo que es la verdad. Todas las bandas/solistas emergentes que están saliendo ahora y que están haciendo cosas guays… no son varones cis heteros. Cualquier cosa original, novedosa, con un concepto muy pensado, divertido… todo eso lo están haciendo las mujeres, las personas no binarias, etc. Y es normal, creo que tenemos más cosas que decir porque llevamos menos tiempo con altavoz. A mi, los grupos de tíos con guitarras no es que me disgusten, pero ya me han dicho todo lo que me tenían que decir.

¿Qué vínculos e inspiraciones comunes compartes con tus compañeras?

Creo que el concepto de “bedroom pop” le pertenece a las mujeres. Yo no creo que haga bedroom, pero aun así las canciones las he creado en mi cuarto, que es mi espacio personal, íntimo e intransferible. Creo que todas compartimos eso. Ya sabes, Una habitación propia, Virginia Woolf, etc. Al final es generar un reducto, en este caso, sonoro, donde tienes el control total de las cosas que suceden, es tu espacio, mandas tú. El sentirse dueña y señora de algo por fin… creo que es muy necesario. Creo que también por eso se critica tanto al bedroom, como la astrología que hablábamos antes… cualquier cosa asociada con la feminidad siempre es más criticada. Pero, mira, no creo que haya que desestimar algo que una persona ha creado en su máximo estado de tranquilidad y relajación.

Parte de tus influencias provienen de las redes sociales, el anime y las magical girls, especialmente Sailor Moon, además del costumbrismo o la copla española, cuéntanos como ha sido trabajar con éstas referencias y el proceso del diseño de las ilustraciones de Os Castigaré, tan cromático y cargado de personajes, a cargo de Raisa Álava.

Bueno, eran cosas con las que yo ya estaba encariñada de antes, así que incluso tomé esas referencias de forma inconsciente. Con Raisa la verdad es que fue todo muy fácil, yo tampoco le dije mucho porque sabía que, hiciera lo que hiciera, a mí me iba a gustar. Me gusta porque las dos tenemos el mismo concepto de horror vacui y trabajar con ella ha sido muy divertido.

Se te compara con el pop de tonos efervescentes e infantiles de los Axolotes Mexicanos, la Casa Azul, las Cariño o incluso Jeanette, también integras la música clásica, además de añadir toques barrocos, hiperpop, sintetizadores…Háblanos de esta confluencia de sonidos.

Creo que siempre me ha gustado mucho el contraste, y bastante poco el minimalismo. O sea, puedo disfrutar de consumirlo, pero no me siento cómoda produciéndolo. Creo que llevándolo todo al mínimo común múltiplo, hago pop. Pop de pianos, si me apuras. Si que creo que es posible la unificación de la música popular y la música de tradición escrita, y que al final todo sea una gran masa de cultura popular, porque la cultura le pertenece al pueblo siempre. Pero dejando de lado los planteamientos ideológicos (que no los escuchas o no necesariamente has de saberlos cuando te pones una canción en tu casa) hago pop.

La elección de llevar Siboney, un popularísimo bolero cubano a tu terreno ¿a qué se debe?

A que es una canción muy bonita, con unos arreglos preciosos, que disfruto muchísimo y con los que quería jugar.

Respecto a la producción…

Todo el mundo que ha participado en el disco lo ha hecho con mucho mimo. Con Pablo estuve todo el verano produciendo, salió alguna locura que otra, jugamos bastante con los elementos que teníamos porque él sabe un montón, y al final salió lo que salió. Pablo y Mané tienen cada uno un estilo pero los dos son muy buenos en lo suyo.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Tengo muchas ideas en la cabeza y todavía tengo que ver las que deshecho… Mi proyecto más cercano es cogerme vacaciones y desconectar un rato, la verdad. Y ordenar mi armario, que da vergüenza.

¿Cómo ves el futuro pandémico?¿y la música en directo?

La verdad, no sé. Creo que una parte muy mala de la pandemia es que la incertidumbre individual impide pensar, en muchas ocasiones, en una colectividad. Ahora lo cotidiano es protagonista y cuando más adversas son tus circunstancias más complicado es pensar de forma global. Pero bueno, saldremos.

Muchas gracias, ¿te gustaría añadir algo más? Gracias a vosotras y nos veremos pronto por ahí (cuando se pueda).

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