Nacho Sánchez, es primero escritor, y es así como él mismo se define. También canta, pero no por ello se le debería englobar dentro del género “cantautor” que bien conocemos, aunque cante sus propias canciones. Nacho tiene algo que no tiene nadie. Con un estilo salido de lo normal, sin miedo y sin expectativas, crea historias tan dulces como amargas sobre la vida con estructuras fuera de lo común y tomando como máxima referencia e inspiración el aire de su tierra: Cádiz.
Pero no habla de la vida ficticia o dulcificada de las fotos de Instagram. A este chico la ficción sólo le gusta si es para verla en una buena peli o leerla en un buen libro. Nacho habla de la vida real, con todas sus vertientes y movimientos, y su guitarra, es el mejor vehículo para contarlas.
Criado entre Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda, sus referencias al mar, la calma, el ‘carpe diem’ y la tranquilidad de irse a la cama en paz por el mero hecho de ser uno mismo, hacen de su primer EP: “Camino de las olas”, una delicia. Un conjunto de razones por las que tomar aire y dejarlo entrar en nuestros pulmones con la única intención de agradecer nuestra presencia en este mundo, disfrutando y afrontando lo bueno, y también lo malo de vivir en este raro planeta.
La magia de un bar a la hora del cierre, improvisando sin reloj y sin plan alguno prefijado, dejando paso al amargor y las bondades de la vida, y riéndose de las maldades del destino paladeando un buen vino jerezano: Nacho es todo esto, y sus canciones son un reflejo de su persona. Se desnuda en sus letras sin pretender conseguir nada más que expresarse, elevando el ejercicio de la catarsis humana a su máximo exponente, eligiendo muy bien las palabras, exentas de metáforas, y usándolas con filosofía y humor de una manera directa y certera.
Cantando sólo en círculos pequeños de amigos, fueron éstos los que le han ido dando empujoncitos hasta que ha llegado “Camino de las olas”, donde Nacho se regala a sí mismo creando un halo de luz y verdad alrededor de esos momentos de encuentro. “El día de los colores”, “Como si nada”, o “En la cena” son solo algunas de estas microhistorias que, con su voz tan característica y única, Nacho deja de ser humano para ser casi un mentor de vida.
Esperamos que más pronto que tarde Nacho Sánchez venga a Madrid a enseñarnos este trabajo. Lo esperamos con ganas.
.por Virginia Montaño
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